domingo, 18 de noviembre de 2012

La sociedad pesimista

La sociedad pesimista
 
 

Teníamos a Richard Wagner y su muy bien recordada “Cabalgada de las valquirias” (aunque haya ganado fama por “Apocalipsis ahora”). ¿O qué me dicen de  Vincent Van Goghg y su muy impactante “Noche estrellada”? Ni qué decir de Picasso y la innovación del cubismo con “Las damas de Avignon”. Y si lo vemos por el lado audiovisual, Stanley Kubrick quedará en nuestras mentes gracias a su psicodélica “Naranja mecánica”, o el muy bien recordado “El bueno, el malo y el feo” de Sergio Leone.

Siglo XXI, Quentin Tarantino sigue produciendo/dirigiendo películas. Damien Hirst es el artista más rico del momento. Y un coreano está dando de qué hablar con su música a nivel global. ¿Es digna la comparación entre estos precursores del arte con los ya bien recordado artistas?

Entendamos lo siguiente, el arte tuvo su quiebre en el siglo XIX, si no me equivoco, cuando Marcel Duchamp lleva un urinario a un museo y exclama “¡Esto es arte!”. Sea una crítica hacia el concepto de lo que es arte o si realmente este hombre creía firmemente que este objeto es una obra, no se puede negar que se dio inicio a una ruptura que va a perdurar hasta nuestros días.

Entonces, teniendo en cuenta que el arte en la actualidad es difícil de comparar con el pasado, podemos entendernos mejor.

Mario Vargas Llosa en su discurso “La civilización del espectáculo” revela que el occidente ha caído en este tipo de sociedad y que la define como grupo de individuos que su máxima es el ocio, entretenimiento y diversión. La cultura se ha masificado, se concentra en la cantidad de los productos pero no en su calidad. Por ejemplo, la literatura light, novelas simples y sin complicaciones para entenderse; ¿pero cuánto podemos enriquecernos con ellas? Es una especie de conformismo porque nos dan la sensación de culturizarnos cuando en realidad requerimos de un mínimo esfuerzo intelectual.

¿Y a qué llamo yo la sociedad pesimista? Los intelectuales que son capaces de ver la realidad tal como la describe Vargas Llosa son consientes de que los productos culturales hoy en día han decaído considerablemente. Digo, no puedes comparar a Francis Ford Copolla con Michael Bay. O a simple vista una mancha de pintura se considera al mismo nivel que “La Academia” de Rafael Sanzio. “La sociedad pesimista” está conformada por aquellos expertos que niegan la existencia de un nuevo clásico.

Si son atentos a las opiniones que se le hace a cualquier innovación técnica u “obra de arte”, se darán cuenta que se busca, sea de forma general o minuciosa, una crítica negativa. No digo que sea malo ver los defectos de algo/alguien, de hecho somos sinceros al admitir que algo tiene un error. Ya que el ser humano no es perfecto, mucho menos sus propias creaciones.

El problema radica cuando no valoramos una obra por el simple hecho de poseer un defecto, aunque sea en lo más mínimo.

Digo yo, The Dark Knight Rises es espontáneamente criticada porque no fue superior a The Dark Knight. ¿Eso la convierte en una mala película? Para nada, es un final digno para una trilogía épica. No es la película perfecta que todos esperaban pero no se puede negar que sea increíble.

Supongo yo que las críticas son como un mecanismo para evitar que una obra se convierta en un clásico. Dudo mucho que de aquí a 70 años queramos ver a Justin Bieber al costado de los Beatles o Rolling Stones.

Y sin embargo, este “mecanismo de defensa”, sea de la crítica especializada o del público en general, se ha convertido en una exageración. Si seguimos con este escepticismo, de aquí a 50 años no podrá existir un clásico, sea cual sea su naturaleza, porque nadie se lo permitió.

Difiero con Vargas Llosa cuando afirma que cineastas como Woody Allen son el equivalente a Andy Warhol en comparación con Picasso. A decir verdad, difiero que Warhol y Picasso no puedan estar al mismo nivel. No sé de arte, no me considero un experto y a las rejustas creo conocer lo más mínimo de lo básico, pero me dejo llevar por mi subjetividad mezclada con la cultura general.

No niego mi escepticismo con la visión estética de ahora. No, mejor dicho, soy algo relativista. Pero también soy abierto a la idea de que podemos estar presenciando una nuevo clásico. No me sorprendería (ni me disgustaría) ver a Christopher Nolan como un genio del cine. No tendría ni una objetividad con escuchar a un músico actual en la radio luego de unos 40 años (siempre y cuando este demuestre talento y no sea una simple imagen). No me molestaría presenciar una pieza de arte plástico controversial y paralelamente innovador.

Creo que es tiempo de ver con ojos sensibles lo que nos rodea; ¿quién sabe? Puede que delante de nuestras narices haya un objeto de culto para las futuras generaciones.

 

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