Ganadora de
“Rojo: Fama contra Fama” cuenta sus inicios en este camino artístico
Un conjunto de cualidades en un solo
talento
Bailarina de Ballet y de cualquier estilo al mismo tiempo. De sangre japonesa pero con las mismas costumbres de un peruano. Con grandes aptitudes para la danza y con una actitud positiva para su entorno. Karen Tokashiki es una nikkei de calidad A1.
Bailarina de Ballet y de cualquier estilo al mismo tiempo. De sangre japonesa pero con las mismas costumbres de un peruano. Con grandes aptitudes para la danza y con una actitud positiva para su entorno. Karen Tokashiki es una nikkei de calidad A1.
Karen Tokashiki llegó de Japón a una edad muy temprana, lo
que la convertiría en una nikkei o descendiente de la “tierra del Sol
naciente”. Probablemente en sus raíces japonesas haya encontrado el taikko,
instrumento musical típico de Japón que vendría a ser el equivalente a un
tambor, como una gran fuente de identificación.
Yolanda
Nako, ex directora del Colegio La Unión y ex profesora del jardín de niños
Santa Beatriz (instituciones donde estudió Karen) fue testigo del desarrollo de
Karen no solo con el instrumento tradicional japonés, sino también en la danza;
más específico en el Ballet, un arte que requiere de una gran dedicación si es que se quiere
sobresalir. “Practicar ballet, si hablamos en términos de alguien que desea ser
profesional, por 2 horas seguidas sin parar es lo adecuado” me comentó Midori
Miney ex bailarina Ballet quien tuvo que abandonar sus clases para balancearlo
con los estudios. Tener que dividir los tiempos para realizar las tareas, los
estudios e inclusive para disfrutar de la vida social es complicado. Además de
luchar contra los distintos tipos de perfiles que se encuentran en este
mundo.
La doble vida de Karen Tokashiki
como bailarina de múltiples danzas y como estudiante empieza desde muy chica,
casi a la edad de 6 años. Ese desempeño con el que se ganó al jurado y al
público de “Rojo” tiene todo un historial que nos remonta a su niñez como
también la etapa de la adolescencia. Desde el instante que su madre la llevaba
a distintos talleres hasta el Ballet de manera ordenada, hay una historia de
dedicación y esfuerzo.
“En el entorno, como en todo lugar, encuentras gente de
todo tipo: como muy buenos amigos que te ayudan cuando no te sale algo, te
explican, te motivan, etc. Como también personas muy envidiosas, que quieren
siempre sobresalir y más si ven que eres muy bueno, a veces pueden tratar de
opacarte. En cuanto a los profesores es igual, a veces existe lo que es la preferencia
por alguien (sea cuales sean los motivos que sean) porque necesariamente no te
tienen que preferir por ser bueno (también el racismo se da) como cuando un
profesor ni te quiere ver porque no le caes”, me explica Midori para entender
más aún las dificultades por las que podría atravesar no solo Karen sino
cualquier sujeto involucrado en esta actividad.
No
obstante, pese a entrar a un mundo de diversos perfiles y de una exigencia tan
rígida, no era un impedimento para reducir su rendimiento académico. La ex
directora del colegio La Unión quedaba sorprendida al observar la misma calidad
de alumna que mantenía Karen durante la etapa en que realizaba el papel
protagónico de la obra “Cascanueces”. “El hecho de que ella sea perseverante,
de que ella pueda organizar su tiempo ha hecho que ella tenga buen rendimiento académico…
No sé cómo hacía pero cumplía, cumplía con sus tareas, cumplía con sus
exámenes; y no solo cumplía, sino que cumplía bien”, testifica Yolanda Nako con
una energía de orgullo por alguien a quien pudo seguir desde muy pequeña.
Ese
mismo empeño que se reflejaba en sus estudios y sus ensayos la llevaron a ganar
el show de “Rojo: Fama contra Fama”. Patty Lopez, ex compañera de Karen en el
Ballet Municipal de Lima, confirma que su dedicación era excepcional. “A la
mayoría le enojaba que le corrigieran pero ella era muy trabajadora” dice Patty
como también Yolanda quien me contó cómo le agradaba ver a Karen, durante los
programas de “Rojo” y “El Gran Show”, esforzarse en cada ensayo que transmitían.
Otro elemento en común que muchos pueden resaltar es su madre. Desde que inició
sus clases de taikko hasta sus sesiones de Ballet, la mamá de Karen siempre ha
estado presente. Una persona que no solo está dispuesta a dar todo por su hija
sino a ser servicial ante cualquiera. “Su mami nos ayudaba a las chicas a
cambiarnos… linda su mami”, me explica Patty como dato adicional.
Pero
entre tanto éxito y reconocimiento, la humildad y el agradecimiento son dos
cualidades fuertes que sobresalen de Karen. Tanto Patty como Yolanda pueden
apreciar el cariño que tiene Karen por la mujer que le dio la vida. Además de
nunca dejarse nublar por la fama que adquirió durante el “Gran Show” y el
triunfo en “Rojo”. Karen nunca pierde sus raíces, un ejemplo que rara vez se
suele observar.
Detrás del escenario: Una
conversación con Karen Tokashiki
La ganadora del show “Rojo: Fama contra Fama” contó sus inicios en el mundo de la danza y del arte hasta la posición en que se encuentra actualmente. Además de comentar las dificultades que implican estas disciplinas.
La ganadora del show “Rojo: Fama contra Fama” contó sus inicios en el mundo de la danza y del arte hasta la posición en que se encuentra actualmente. Además de comentar las dificultades que implican estas disciplinas.
Karen, tengo entendido
que empezaste a practicar Ballet a la edad de seis años, ¿fue esa tu primera
experiencia con el arte?
Sí, yo empecé con el Ballet cuando tenía cinco años pero fue
por solo un verano. Luego empecé con el taikko en el colegio, creo que se puede
considerar un tipo de arte. Es llevar danza con música y tener un buen oído.
¿Entraste al mundo del
Ballet por voluntad propia?
En realidad no. Cuando yo era chiquita yo tenía pie plano y
mi mamá quería corregirlo. Su idea era meterme al Ballet para corregir el arco
y al final me terminó gustando; por eso me quedé ahí toda mi vida.
¿Fue difícil para ti
dividir tu tiempo entre el Ballet, el taikko y el colegio?
En realidad sí, era muy complicado. Yo no logré tener una
vida social. Me perdía de las fiestas o salidas. Terminaba el colegio y me iba
a mi ensayo y así era todos los días; como también los sábados y los
veranos. Las vacaciones para mí no
existían. Pero me llevaba bien con mi promoción y todo era muy normal.
Patty López me comentó
que en las prácticas de Ballet siempre te exigías mucho; si algo no te salía
bien lo practicabas unas 50 veces frente al espejo. ¿Se podría decir que ese
mismo esfuerzo lo dedicabas a los estudios?
En realidad me costaba bastante porque yo no disponía del
mismo tiempo que otros. Y había muchas veces que dormía poco o nada. Me
preocupaba mucho por dar mi mayor esfuerzo en el colegio. Sabía que tenía que
darle el mismo balance al Ballet y al colegio.
¿En el colegio eras
conocida como la “chica del Ballet”?
Sí, me decían también “la que no salía”, “la que no tenía
vida social”, “la que se perdía del mapa durante vacaciones”, pero no creo que
haya sido algo tan malo; estoy agradecida por haber tenido una carrera en el
Ballet. Y mis amigos siempre me felicitaban cuando me veían. Creo que les gusta
tener una “amiga bailarina”, saben por qué no podía salir con ellos pero
reconocen que es lo que me gusta y lo aprecian.
¿Cómo lograste ingresar
a “El Gran Show”?
Acabando en colegio yo me interesé en otras danzas aparte del
Ballet. Quería ser una bailarina versátil y para eso me metía a D1, la escuela
de Vania Masías, y ahí conocí a bailarines que estuvieron en temporadas pasadas
de “El Gran Show”. Cuando comenzaron una temporada, yo acepté porque quería
probarme a mí misma que podía bailar otro tipo de cosas.
¿Y en el caso de “Rojo:
Fama contra Fama”?
Para “Rojo”, en verdad, yo no pensaba hacer el casting. Hasta
que un amigo, Jorge Ávila, que también estaba en el programa, me animó a
participar a pesar de que no estaba preparada para nada. Pero había visto el
programa original de Chile y me gustó y dije “hay que intentarlo ¿no?”.
Improvisé, pero me fue bien y así es cómo entré.
¿Y cómo te sentiste al
estar en un programa de televisión donde todos te están observando?
En realidad estaba muy asustada, me ponía muy nerviosa antes
de cada baile. El solo hecho de pensar que todo el país te puede ver, que
puedes ser visto por bailarines que podrían críticas o personas que no bailan
pero que aun así puede no agradarles como bailas, asusta; pero al final me ha
ayudado bastante a crecer como persona.
Con el tema de ser
reconocida en la calle, ¿te molestaba o incomodaba?
No, no me molesta para nada. Me parece bonito pero tampoco es
que quiera salir y mostrarme. Sí me parece una muestra de cariño y admiración,
creo que es la recompensa de tanto esfuerzo.
A las personas que he
entrevistado han confirmado que tu madre es una gran influencia para ti. ¿Qué
podrías decir al respecto?
Mi mamá para mí lo es todo, siempre lo ha sido y siempre lo
va a ser. Yo no habría llegado tan lejos de no ser por ella. Ella siempre me ha
apoyado y lo sigue haciendo. Me anima a seguir mis sueños. Desde los cinco
años, ella ha estado en cada presentación. En realidad que suerte tengo de
tener una madre que me apoye tanto.
¿Cuáles son los
siguientes proyectos que tienes en mente?
Ahora he regresado al Ballet Municipal de Lima, la compañía
donde yo pertenezco. Esta temporada comienza la próxima semana y será hasta el
28 de Julio. Luego pienso viajar para tomar clases afuera. Quiero perfeccionar,
quiero aprender de otras personas y de repente venir y enseñar, compartir lo
aprendido. Me encantaría tener mi propia escuela pero creo que aún no es el
momento.
Enfoque
Cabida para verdaderos talentos
Existe un gran desenvolvimiento de artistas que carecen de exposición nacional. Si tan solo los medios de comunicación masivos se enfocarán en las cualidades artísticas y no una simple cara bonita se cambiaría la situación
Existe un gran desenvolvimiento de artistas que carecen de exposición nacional. Si tan solo los medios de comunicación masivos se enfocarán en las cualidades artísticas y no una simple cara bonita se cambiaría la situación
En
los últimos tres o cuatro años nos hemos visto invadidos por programas de
televisión que incitan a demostrar las cualidades de los participantes ya sea
la danza, el canto, el performance o cualquier otro talento que pueda existir
en el país. No obstante, la audiencia no siempre está conforme con las
presentaciones en vivo. Basta con entrar a las redes sociales para encontrar
infinidades de críticas a concursantes de cualquier show.
La
cuestión que muchos se preguntan es si en realidad existen talentos en el Perú.
Asumo que sí, en cualquier parte del mundo existen personas talentosas; y
nuestro país no es una excepción. Entonces, ¿cuál es el reclamo de la audiencia
peruana? Deduzco que se debe a un tema de oportunidades.
La
finalidad de un programa en este país es el aumento de rating para satisfacer a
los anunciantes que apuestan por un formato. La idea de un show de talentos se
concibe de una manera determinada, pero en la desesperación por incrementar el
número de audiencias lleva a los productores a cambiar el principio del show.
Por lo tanto, si un concurso de baile, canto o sea cual sea la disciplina no
obtiene la audiencia meta, se emplea el clásico “lo que el público quiere” y la
naturaleza del show que es buscar a una nueva estrella se ve opacada por el escándalo
y las caras bonitas.
Si
se empleara el criterio de evaluación de programas como “Rojo” o si la victoria
se debiera a jueces expertos en la materia, entonces sí encontraríamos una
cantidad considerable de personas hábiles en las disciplinas que se presentan. Y
aquellos comentarios en las redes sociales que juzgan a los participantes
disminuirían considerablemente.
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