sábado, 30 de mayo de 2015

Él y Ella - ¿Por qué él no se enojó con ella cuando perdió las entradas del cine?

Él y Ella

¿Por qué él no se enojó con ella cuando perdió las entradas del cine?

Se pensaba que él era muy amargado con la ciudad, los seres no vivos, los animales y las personas. Algunos creerían que él odiaba a los seres humanos por el mero hecho de haber nacido.

Pero haciendo justicia a la verdad, solo se trataba de un muchacho con ciertos ataques de ira; ataques que lo obligaron a lanzar su cajón criollo del escenario y hacerlo añicos cuando se equivocó en una presentación por el día de la madre. O la vez que le deseó un aborto a una mujer embarazada que le quitó su espacio en la cola para comprar un helado. Ni qué decir de la vez que se tomó la molestia de llamar a las oficinas de Microsoft para putear, a quien haya sido el desafortunado en contestar su llamada, porque los Windows de ahora no tienen ni punto de comparación con el XP. Sí, por estos motivos pequeños, él explotaba; pero doy fe que se trataban de momentos inestables, nada más.

Hasta que apareció ella y perdió las entradas de la función de cine.

Y no sólo eso: ella le pidió prestado su celular y lo dejó caer por descuido; debido a las leyes de la naturaleza (o de la mala suerte), el celular impactó con el suelo y se desarmó por completo a pesar de tener una carcasa que la protegía.

Ella y él bebieron en un bar, ella terminó tan picada que él estuvo en la obligación de llevarla hasta su casa, cargarla hacia su habitación y dejarla en su alcoba. No sin antes vomitarle las zapatillas nuevas que había adquirido por Internet.

Otra ocurrencia digna de mencionar fue el formateo de su laptop cuando ella descargó por torrents lo que parecía ser el quinto capítulo filtrado de Game of Thrones; solo para ser un troyano y acabar con la máquina.

Yo, como tercera persona y ser omnisciente en este texto, me habría preocupado por ella. Digo, cada ocurrencia era motivo suficiente para activar a la bomba conocido como él. Si lo ya mencionado no es bastante, para describir lo peligroso que se pone cuando las cosas no ocurren como quisiera, les contaré que clavó un tenedor en la mano de su compañero de clase porque este le robó una papa frita de su plato, en pleno refrigerio. O la vez que vociferó a los cuatro vientos “infarto andante” a un sujeto con obesidad crónica que se compró la última empanada de pollo en la universidad. Se consagró como un animal al tirar una bala de atletismo, de 3 kilos, en el pie derecho de un muchacho que le obstruía el paso a la zona de lanzamiento, simplemente porque se encontraba recostado y no lo escuchaba a él decir “permiso” incesantemente.

Ella le cedió todos los derechos para ser agredida física, verbal y hasta psicológicamente. Pero él no lo hizo, en ningún momento, bajo ninguna circunstancia.

La primera vez que salieron, cuando ella perdió las entradas del cine (y lo que marcó el primero de los múltiples sucesos accidentales), a él no le interesó en lo absoluto. No se enojó con ella, porque estaba enamorado, y ella… ella todavía no lo sabía.


¿Cómo se conocieron? ¿Cómo es posible que la relación funcionara con una bomba y un detonante sensible? ¿En algún momento explotará? Seguiré indagando y les comento.